MIS VACACIONES DE SEMANA SANTA

Entre tus manos, está mi vida Señor

entre tus manos, pongo mi existir...

Hay que morir, para vivir.

Entre tus manos, Señor,

doy todo mi ser.

Tenía pensado escribir acerca de mi fin de semana en Palenque ó mi dia en la playa de Sabancuy, pero es necesario escribir de esto otro, para desahogarme.





Hace un año, en este día estaba regresando de mis vacaciones por Mazatlán. Hace un año, no esperaba y ni pasaba por mi mente que la muerte estaría presente en mi familia.





El viernes por la noche, traían a mi tio Armando de Villahermosa, después de haber decidido -la familia- que ya nada más se podía hacer y solo sufría el y nosotros.





La agonía, esperar a que llegara la ambulancia, llamarle a la familia que estaba lejos, esperar lo inevitable.





El llegó aun con vida a Zapata, pero horas mas tardes en la madrugada del sábado él se fué. Mi mamá y yo, nos retiramos minutos antes de su casa; pero él nos fue a visitar. En el tocador del cuarto de mi mamá hay dos espejos uno chico y el otro grande, estaban apoyados ala pared, lejos el uno del otro... Yo estaba en el baño, mis papás se acababan de acostar, cuando cayeron de frente, los espejos, nadie los tocó, no había aire o brisa que pudiera tirarlos, él pasó antes a decirnos que ya se ya se había ido.





El sábado a las 5am, desperté con la noticia, llegarón dos de mis tías a decirnos. Desde ese momento, no pude dormir, me levanté y fui donde el estaba, llegué a su casa y allí estaba, con las cuatro candelas iluminado el camino hacia el otro mundo, acostado en ese feretro que lo llevaría al descanso eterno.





Ir por flores, dar la noticia conocidos, arreglar la casa, preparar sandwiches y horchata para los invitados, rezar. Y la mañana se hacía más y más larga... Las horas pasaban y se hacían eternas...





La misa, no pude contener las lágrimas, no puede guardar mi llanto, pero lo que más rompio los cristales de mi corazón, no fué ver a sus hijos llorar, no fué ver a mi madre sufrir, fué la llegada de los abuelos. Ellos, que pensaban ser enterrados por sus hijos, nunca se imaginaron enterrar a uno de ellos. Los abuelos, que desde hace mucho no llevan una vida juntos, entraron a la casa acompañados de mi primo el mayor, no pude contener mi llanto y me quebré, la sala era muy pequeña, el aire me faltaba y yo no aguanté más, tuve que salir a la terraza. Ahi, me sentí segura, ya no lloré mas ese día.





Pero hoy, las cancioens durante el rosario, desquebrajaron mi corazón y por más que intenté ser fuerte, no pude, lloré, llo´ré por ese hombre que siempre me quizo, por aquél hombre de tan buen corazón, por aquella alma que se iba, por el pesar de mi corazón.





El entierro, como la familia de mi madre es de Chiapas, lo llevamos a La Libertad, que queda a solo 5 min de Zapata. Cuantas veces, he recorrido ese camino, cuantas veces. Aunque hoy... también fue eterno. El cortejo era de mas de viente automoviles y camionetas, y en el lugar donde apartir de hoy será su casa terrena, tambien derramé lagrimas... Pero antes de irme, le dije: "TE QUIERO".

SEÑORA LETAL

Señora letal,
hoy llegó a mi vida.

Había escuchado de usted,
pero no tenía el gusto de conocerla,
a partir de hoy, usted se hará presente.
Sé, es inevitable, no invitarla pasar,
sin embargo, preferiría no nos visite más.

Dolor y pena,
sufrimiento y llanto,
demasiado para este corazón
que quiere tanto.

Será bien recibida siempre,
a pesar de todo;
aunque no regrese pronto,
la seguiré esperando.

Solo le pido que tarde,
no deseo verla ya.
Su demora, se agradecerá.