Se quedó dormida...
Después de esa larga noche y demasiados vasos de tequila, su cuerpo se rindió. Encontró un buen sitio dentro de aquel cuarto, se perdió en la música hasta que cayó en profundo sueño.
Cuando despertó, todos se habían marchado. En el piso, dos botellas de vino; a un costado estaban los vasos y el recuento de los daños. Había sido una muy buena fiesta. El dueño de aquel lugar no estaba. Pero la luz del fondo estaba encendida, estaba en el baño. Ella volvió a dormir.
Estaba entrando en profundo sueño nuevamente, cuando una mano empezó a tocar su pierna. Los nervios la invadieron por un momento, la mente se bloqueo, se paralizó de pensar en lo que estaba sucediendo.
Esas manos, deseosas de sexo fueron desnudando aquél cuerpo. Ella intentaba poner resistencia, pero estaba tan cansada que deternerlo le resultaba complicado. Dirigió la mirada a la mesa de noche, buscando aquel recuerdo que le taladraria la cabeza el resto de la noche. Pero no lo encontró. La fotografía de el y su novia -su mejor amiga- estaba escondida. Quizás, para que no se diera cuenta de las atrocidades que en ese lugar sucederían.
Su situación personal estaba acabada, los sentimintos estaban a la defensiva. El oxigeno no llegaba bien a su cerebro, lo cual le impedia pensar de manera coherente. El deseo la corrompió, dejó que sus manos recorriean su cuerpo, que su boca lamiera su piel, fué unicamente SEXO.
SEXO, que no había tenido en meses; SEXO que no disfrutó, SEXO que fué a la fuerza, SEXO que no le gustó.
Cuando aquél acto terminó con él, cayó en profundo sueño. Ella no podía creer lo que ocurrió. Juró que no volvería pasar y que escondería el recuerdo en lo más profundo de su mente. Se levantó de la cama para dirigirse al baño y darse un buen duchazo. Que quizás la ayudaría a olvidar... ó tal vez a refrescar y pensar en lo ocurrido.
Con suma cautela buscó su ropa. Antes de salir, miró el bulto sobre la cama. Él no se dará cuenta de su partida hasta mañana...